18/5/09

“Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida” Pesar por muerte de Mario Benedetti




Este domingo falleció el escritor Mario Benedetti en Montevideo. Autor de más de 80 libros, es un clásico de la literatura latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Antes de morir trabajaba en el poemario ‘Biografía para encontrarme’.

El escritor uruguayo Mario Benedetti murió este domingo en su domicilio de Montevideo a la edad de 88 años. Benedetti estuvo hospitalizado cuatro veces en el último año por diversos problemas físicos. En enero fue hospitalizado durante un mes por un episodio de enterocolitis; en marzo lo estuvo por un cuadro febril provocado por una infección urinaria; y en mayo sufrió una descompensación.

En las últimas semanas presentó problemas intestinales y una enfermedad respiratoria crónica. El pasado 6 de mayo fue dado de alta.

Benedetti escribió más de 80 libros de poesía, novelas, cuentos y ensayos. También incursionó como guionista de cine y es reconocida su ironía. Recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1999), el Premio Iberoamericano José Martí (2001) y el Premio Internacional Menéndez Pelayo (2005).

Entre sus obras destacan La Tregua y Gracias por el fuego. Su última obra publicada fue un libro de poemas: Testigo de uno mismo, presentado en agosto del año pasado.

Antes de su muerte, el autor trabajaba en un nuevo libro de poesía cuyo título provisional es ‘Biografía para encontrarme’.

José Saramago escribió hace unos días en su blog uns párrafos dedicados a Mario Benedetti, en los que decía: “Qué era, en verdad, Mario Benedetti, qué había sido él en toda su vida, mucho más que las múltiples profesiones ejercidas? Poeta. Entonces arranquemos sus poemas de la inmovilidad de la página y hagamos con ellos una nube de palabras, de sonidos, de música, que atraviesen el mar atlántico (las palabras, los sonidos, la música de Benedetti) y se detenga, como una orquesta protectora, delante de la ventana que está prohibido abrir, acunándole el sueño y haciéndolo sonreír al despertar”.

El Ciudadano

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