Las Juventudes Comunistas formamos parte de la continuidad histórica de los anhelos y luchas liberadoras en nuestra tierra. Nos reconocemos legítimos herederos de las luchas de los pueblos originarios, los obreros del salitre, del carbón, trabajadores de la tierra, todos los compañeros de nuestro cantar. De los revolucionarios que, dirigidos por Luís Emilio Recabarren dieron vida al Movimiento Sindical y Social, y que dotó a éste, de su instrumento político. En nuestra herencia están las más arraigadas tradiciones de lucha de los trabajadores y del pueblo chileno.
Somos activos luchadores internacionalistas, solidarios con las legítimas luchas de otros pueblos por su liberación. Nuestra historia da solidez a la determinación de canalizar los ímpetus transformadores para la emancipación total de los hombres y mujeres.
Nuestro rol es apoyar e impulsar las luchas del pueblo donde quiera que estemos, y sobre todo cuando a través de ellas podamos evidenciar las injusticias del modelo neoliberal y construir soluciones estructurales y colectivas para superarlo, en conjunto con otras organizaciones sociales, políticas e independientes activos. Así, construyendo nuestro propio camino para que la juventud dispute espacios de poder y luche por un Gobierno de Nuevo Tipo que siente las bases para una Revolución Democrática.
¡Chile debe ser Distinto!
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