26/9/10

Breve reseña de la Huelga y Lucha Mapuche.


Gandhi y Sands son casos emblemáticos de gente que se cagó de hambre para conseguir mostrarle al mundo una realidad invisibilizada por los poderosos
por Negro Allende—————————————————————-


Mientras deshojo una alcachofa hasta verla enflaquecer, leo las noticias con respecto a los prisioneros políticos mapuches: la angustia me corroe el cuerpo. A más de 70 y pico días de iniciada la huelga de hambre el planeta sigue dando vueltas en rutinario egoísmo al unísono de discursos de la politiquería chilena que balbucea sus propuestas para afrontar el problema por televisión.



De los 34 prisioneros en huelga de hambre en distintas cárceles del sur del país, se han ido sumando un grupo importante de gente que, advirtiendo la gravedad del asunto y vislumbrando el fracaso de las políticas del gobierno (o que en realudad han tenido todos los Gobiernos, sea cual sea el color político) para enfrentar el conflicto, han unido esfuerzos para lograr de una vez por todas encontrar un acuerdo final que termine con esta barbarie antes de la tragedia. Desde menores de edad hasta personalidades de la cultura se han visto en necesidad moral de sumarse a la causa de estos presos que, mientras todo el mundo comía y bebía a destajo en este bicentenario publicitario, saboreaban la rabia contenida por la censura al real problema.

Si bien durante los primeros meses de este año, todos los ojos se posaron en la huelga de hambre del periodista Guillermo Fariñas que pasó más de cuatro meses sin alimentarse para exigir la liberación de los disidentes cubanos denominados “presos de pensamiento”. Innumerables políticos chilenos salieron en “defensa de la vida” a pronunciarse con respecto a los derechos humanos llenándose la boca de elocuentes panfletos anticastristas, los mismos que ahora con sus apellidos agringados tienen a presos políticos mapuche en los huesos, a punto de descompensarse llenando otra línea más de sangre los libros de la historia nacional.


Dos flacos gigantes

La Real Academia Española en 1956 define la huelga de hambre como: “Abstinencia total de alimentos que se impone a sí misma una persona mostrando de este modo su decisión de morirse si no consigue lo que pretende”. Todo o nada, tal cual es definido por el diccionario, a lo largo de la historia han existido varias y emblemáticas huelgas de hambre que, por su crudeza o resultados positivos han dejado marcas importantes en la historia de los pueblos.

Mahatma Gandhi: El flaco y pelado hindú es de los primeros que se nos viene a la mente a la hora de hablar de huelga de hambre. Ídolo por donde se le mire, Gandhi estuvo varias veces en huelga de hambre por razones político-humanitarias, luchador por la vía no violenta de la independencia de la india de los imperialistas ingleses, su autoridad moral y espiritual llegó a ser tan grande que hasta los días de hoy es seguido por muchos. Paradójicamente es más que seguro que alguno de los chicos del Congreso debe tener una fotografía de él en las paredes de sus oficinas o utiliza sus citas para referirse a estos temas.

Bobby Sands: Después de 66 días de ayuno murió en las cárceles británicas. Integrante del IRA, Sands reclamó hasta la muerte por las precarias condiciones de los presos políticos del movimiento irlandés que para el año 1980 habían perdido el status de presos políticos y eran tratados como cualquier otro delincuente. La campaña de este prisionero comenzó mediante la publicación de una columna suya que filtraba a diarios ingleses mediante pedazos de papel higiénico. Su caso conmocionó al mundo entero y fue uno de los primeros casos en los cuales se cumplió el fin de hacer público el problema de una facción de la sociedad que a los poderosos no les interesaba mostrar.

Ahora, el periodo que puede durar una persona sin ingerir alimentos depende de su peso corporal y su estado de salud general antes de iniciar esta medida, las estadísticas médicas indican que una persona con sobrepeso podría alcanzar los 130 días antes de entrar en coma No obstante, no sé cuanto más se tenga que esperar para notar la desesperada convicción del pueblo mapuche, solo cabe decir que la huelga de hambre sigue teniendo fuerza si se utiliza en términos éticos y defensa de los derechos, tomando como nunca, una fuerza llena de principios que el tiempo y la metralla ha sido incapaz de desgastar.

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