“Un alma fina”...El poeta Virgilio Rodríguez parecía declamar una elegía, mientras repasaba las cualidades de su entrañable amigo Leonidas Emilfork. “Su muerte será para nosotros una herida que no cicatrizará”, resumió Rodríguez, profesor titular del Instituto de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), donde Emilfork se desempeñaba como director.
El filósofo, intelectual y académico falleció la madrugada del 7 de diciembre, horas después de cumplir 65 años, debido a una enfermedad. Sus restos fueron trasladados al Cementerio Parque del Mar, en Concón, donde se pronunciaría un responso en su memoria, a las 15 horas del 8 de diciembre.
El deceso del director del Instituto de Arte, dependiente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, generó gran pesar entre las autoridades, profesores, alumnos y demás miembros de la PUCV, institución a la que estuvo vinculado durante 40 años.
Orador brillante
Emilfork ingresó a Filosofía, en la Católica de Valparaíso, a fines de la década del 60, en pleno período de Reforma Universitaria. “Cuando profesores y alumnos participábamos desde la Escuela de Arquitectura en el proceso de Reforma, Leonidas era fundamental. Era un orador eximio, de una ironía temible. Con sus discursos, volcaba las asambleas a su favor. Llegó a ser presidente de la Federación de Estudiantes”, contó el profesor Virgilio Rodríguez.
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